Yo también estuve ahí, buscando información sobre adelgazar, obesidad, cirugía baríatrica…
Yo también me desesperé, hice mil y una locuras por perder esos kilos que me hundían.
Yo también me obsesioné con el resultado.
Yo también tenía un objetivo que me torturaba día tras día pues nunca lo alcanzaba y cada vez se alejaba más y más de mí.
Y es que siempre erré en la forma de mirar:
LO IMPORTANTE NO ERA LA META, ERA EL CAMINO.
¿Por qué hay que desapegarse de la meta?
Simple y llanamente: porque no está en tu mano.
Me gusta mucho una frase estoica que dice: “No puedes controlar lo que te pasa, pero sí lo que decides hacer con eso”. Y eso es muy aplicable a cualquier objetivo que nos planteemos.
Me explico.
Quizás tu objetivo sea, por ejemplo, tener el abdomen plano y/o con los abdominales marcados. Te centras en ese objetivo y haces lo que sea necesario para alcanzarlo: dietas muy estrictas, mucho cardio, muchos abdominales… pero nunca llegas a alcanzarlo, simplemente, quizás, porque la morfología de tu cuerpo así lo determina.
Mientras tanto, empiezas a odiar todo aquello que debes hacer obligada por alcanzar esa meta., y que, en general te deberían proporcionar placer, pues son actividades evolutivamente placenteras que están hechas para que el ser humano esté en perfecto estado de salud física y mental, como mover el cuerpo o darle la gasolina que este merece.
Pero cuando sólo ves la meta, cuando vas con las orejeras de burro puestas, todo se te hace un sacrificio en busca de una promesa que, aunque tú pienses que te la mereces, quizás el Universo o el destino no lo crea así. Y, mientras tanto, te estás perdiendo el maravilloso mundo que te lleva hace allí.
Imagina que estás de viaje y vas por una zona preciosa pero tú sólo ves el destino a donde te has fijado llegar.
En ese viaje, si te paras a observar, podrás sentir mucha felicidad al, por ejemplo, ver que ahora puedes entrenar más tiempo, puedes hacer ejercicios que antes no podías, te sientes con más energía y felicidad al nutrirte adecuadamente… Un montón de cosas buenas que, cuando decides analizar, te harán ver el crecimiento que vas alcanzando. Pero si sólo centras la mirada en la meta, todas estas cosas preciosas pasarán inadvertidas, y esa carrera hacia el objetivo será agónica y frustrante.
Sé como el perro de la foto: ¡disfruta del paisaje con ilusión!
Con la motivación no basta
Si preguntas por la calle al primero que pase: “¿Qué hace falta para lograr lo que anhelas?”, más que probablemente te dirá: “estar motivado”.
En general, está muy extendida la creencia de que la gente que tiene éxito en cualquier faceta de su vida es porque está motivado. Y esto es completamente falso.
La motivación, o la falta de ella, no determina tu capacidad para lograr lo que quieres. Escudarse en ello sólo te hace vivir en el papel de víctima, y desde ahí no se consiguen las cosas.
Tu sueño u objetivo no puede estar supeditado a si un día tienes ganas de hacer algo para lograrlo o no. Si es así, es que no es realmente tu sueño, no es algo que anhelas.
En ese caso, pregúntate si eso que dices que quieres es realmente un deseo, un sueño, un objetivo tuyo. Si es algo que realmente te va a hacer vibrar, que te hace ilusión. Incluso, cuestiónate si es algo sin lo que no pudieras vivir. O en cambio, lo haces por alguien más, para encajar con un grupo, por ser socialmente reconocido por ello.
Lucha por aquello que te haga vibrar a TI
Claves para lograr lo que deseas
Una vez que que hemos constatado que nuestro sueño es nuestro y que no lo hacemos para contentar a alguien o buscando la aprobación de los demás, es hora de ponerse en marcha.
Y, ciertamente, habrá ocasiones en las que tengas que hacer cosas que no te apetecen, que no te gusten, etc…
Por mi experiencia personal, hay dos características fundamentales que debes de tener si quieres alcanzar tus objetivos:
- Responsabilidad: consiste en ser consecuente con aquello que se ha elegido. De manera consciente y racional, has tomado una decisión, sabiendo lo que tenías que hacer para lograrlo. Ahora, sé responsable con lo que has elegido y no te mientas. Eres el responsable único de todo aquello que te ocurre en la vida. Como dije al principio: “sólo puedes controlar lo que haces con lo que te sucede”. Por lo tanto, no eches balones fuera culpando al mundo de aquello que te has producido tú. Y eso no quiere decir que te autoflageles si te equivocas. Quiere decir que aceptes el error como algo creado por ti y no busques fuera la responsabilidad que hay en ti. Errar forma parte del aprendizaje y es sólo una guía que te servirá para ir por el camino correcto. Si has elegido un objetivo, tú eres quien debe ser responsable de conseguirlo o no, de hacer las elecciones que estén más alineadas con el mismo. Y si te «equivocas», asumir la responsabilidad, aprender la lección y seguir buscando tu sueño.
- Compromiso: sólo tú te puedes comprometer contigo misma. Nadie podrá hacerlo por ti. Cuando ya has decidido que quieres lograr algo, comprométete al 100% con ello. No aceptes ningún tipo de excusa que te desvíe del objetivo marcado. Y, si haces una acción o elección desalineada con el objetivo, hazla desde la parte más consciente, sabiendo que lo has elegido así, sin culpar a agentes externos a ti.
Ama el camino y siempre ganarás
Lo sé. Soy consciente de que esto es muy fácil de decir y bastante difícil de alcanzar. De hecho, a mí me llevó casi 29 años darme cuenta y llevarlo a cabo. Pero, una vez llegado a ese punto, no hay vuelta atrás: eres feliz sea lo que sea que te pase, porque no dejas que las circunstancias te determinen tu vida y tu felicidad.
Así, el conseguir el sueño que inicialmente te impulsó a ponerte en marcha perderá el valor que tenía. El camino hasta él será uno lleno de aprendizajes y, en conjunto, muy agradable y satisfactorio. Y paradójicamente, llegarás antes allí y sin darte apenas cuenta ni sufrir tanto.
Para amar el camino, debes ser consciente de que habrá días y actos concretos que no te gustará hacer, pero que son totalmente necesarios para alcanzar aquello que deseas. Habrá días y momentos en los que la responsabilidad y el compromiso deben de primar. Todo por un bien común y desde la consciencia de que hacer eso te acerca a lo que quieres lograr.
Haz lo que debes hacer para sentirte bien contigo misma. No busques fuera la felicidad que sólo tú puedes crear.
Todo esto lo he ido aprendiendo en mi experiencia de obesa mórbida a Ultratrailrunner. Quédate por aquí conseguidora, que te ayudaré a quererte más, a disfrutar el proceso y a lograr ese cuerpo y, sobretodo, esa felicidad que deseas desde hace tanto tiempo.