Consejos para la dieta bariátrica

Comer bien y adecuadamente cuando nos operamos de una reducción de estómago es un poco más difícil, pues nos tenemos que recuperar de una intervención, perder peso y amortiguar los efectos de esa pérdida de peso en el cuerpo. 

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En los meses que siguen a una cirugía bariátrica es especialmente importante cuidar lo que comemos, pues lo hacemos en muy pequeña cantidad, por lo que hay que seleccionar minuciosamente lo que tomamos.

Prioriza las proteínas

Las proteínas deben ser nuestra principal fuente de alimentos. Este macronutriente son los ladrillos del cuerpo. Todos los tejidos están formados por ellas, por lo que es muy importante asegurarse de que tomamos suficientes.

Es bastante común que, debido a las pequeñas raciones que ingerimos tras la intervención, estemos constantemente en déficit de ellas, por lo que es de vital importancia priorizarlas, ponerlas por delante de cualquier otro macronutriente.

Tras la cirugía bariátrica, el cuerpo requiere de más proteínas de lo normal, pues se tiene que recuperar de la intervención propiamente dicha, y reparar y reponer todos los tejidos como venía haciendo. Por eso, nuestro plato en cada comida que hagamos debe estar protagonizado por proteínas, ya sean animales o vegetales.

Limita los hidratos de carbono

Al contrario de lo que se dice popularmente, los hidratos de carbono no son para nada esenciales para nuestro cuerpo. No tienen prácticamente ninguna función más allá que la de guardar una pequeñísima reserva de energía en el hígado y en los músculos, pero además,  esta reserva energética se puede obtener por otras vías.

Por lo tanto, los hidratos de carbono son más que prescindibles, sobretodo aquellos que se incluyen en la dieta mediante productos, no alimentos.

Sí son importantes los hidratos que consumimos mediante frutas y verduras. Pero no lo son por ser hidratos, si no por la gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra que aportan al organismo. De estos sí que podemos y debemos tomar, pero siempre priorizando la proteína antes que las verduras o las frutas. Esto quiere decir que es preferible un filete de pollo o un trozo de tofu antes que una simple ensalada.

Hay grasas y grasas

Las socialmente demonizadas grasas no son tan malas como nos han hecho creer. De hecho, son imprescindibles para la vida. Al contrario de lo que pasaba con los hidratos de carbono, las grasas sí tienen funciones importantísimas en el organismo y no se pueden sustituir con ningún otro macronutriente.

Se usan las grasas para almacenar energía, evidentemente, pero también es uno de los elementos principales de las hormonase, por ejemplo. Es por esto que las chicas con extremadamente bajo porcentaje de grasa sufren problemas con el período menstrual.

Pero, como digo en el titulo de este apartado, hay grasas y grasas, no todas son iguales ni producen lo mismo. Las grasas naturalmente presentes en un alimento, como el aguacate o el salmón, son muy sanas y necesarias. En cambio, las grasas añadidas a cualquier producto comestible que vendan en el supermercado, son nocivas y no aportan ningún valor añadido bueno a tu dieta.

Conseguidora, cuando nos operamos tenemos que ser cuidadosas con lo que comemos. Nos estamos recuperando de una doble agresión que le hacemos al cuerpo: una intervención y una pérdida masiva de peso. Por lo tanto, debemos ser extremadamente cuidadosas con aquello que le damos.