“Si no es ahora, ¿cuándo?”

Vivimos sin vivir, dejando pasar los días soñando con un futuro mejor que, según nosotras, nos va a venir de la nada. Y nos equivocamos enormemente conseguidora.

Esta frase, de origen desconocido, nos va a ayudar a decidirnos y a tomar acción desde ya, desde este mismo momento.

¿Cuánto tiempo crees que tienes?

¿Cuántas veces hemos dicho o pensado que cuando ocurra tal cosa haremos tal otra? Postergamos una y otra vez. Dejamos todo para un mañana que nunca llega. Perdemos la vida pensando en un futuro mejor que va a darnos todo lo que queramos por que sí, por nuestra cara bonita.

Y nada de eso conseguidora. Lo único que estamos haciendo es perder nuestra vida, dejarla correr por el desagüe sin hacer nada, o lo que es peor, creyendo que la estamos tirando para, en algún otro momento, recuperarla con intereses.

tiempo

Y estamos en un profundo error. Lo único seguro que tenemos es el ahora, es este momento. No sabemos ni siquiera si estaremos vivas dentro de un rato, ¿cómo nos atrevemos a creer que algo bueno vendrá? Lo bueno de verdad, lo mejor que podemos tener, lo tenemos ahora mismo, en este momento, en el presente. Disfrutemos por ello del aquí y ahora. Hagamos todo lo que esté en nuestra mano y en nuestro poder para ser felices ahora mismo. No sabemos qué será de nosotras mañana.

El tiempo es eso imprescindible pero del cual no tenemos ni idea de cuánto nos queda. Así que tomemos las decisiones y la acciones que debamos tomar ahora, sin tener en cuenta lo que pueda pasar. Si hay algo que debemos hacer, este es el momento. El mañana aún no existe.

¿Por qué postergamos la felicidad?

Simple y sencillamente, por miedo.

Nos hemos creado una bonita zona de confort, en la que no estamos totalmente a gusto, pero es conocida, sabemos lo que puede pasar y cómo enfrentarlo. Nos quema un poco por dentro, pero esas sensación de tenerlo controlado le gusta mucho a la mente.

Si seguimos en nuestra zona de confort, con toda seguridad no seamos felices nunca, o al menos no plenamente felices. Tendremos fogonazos de felicidad quizás, pero no una felicidad y satisfacción completa. Aprenderemos a soportar el dolor de un sueño no alcanzado, buscaremos la palmadita en la espalda de una sociedad que se encuentra en el mismo estado, y nos conformaremos soltando queja tras queja.

Si decimos que cuando pase aquello yo haré esto, nos conformamos y nos justificamos a otras mismas. Nos hacemos creer que será así, y que claro, yo no lo hice porque aquello nunca ocurrió, no fue culpa mía el no hacerlo.

Mientras tanto, el tiempo pasa y nuestra oportunidad de ser felices también. Deja el miedo a un lado. Teme no ser aquello que has venido a ser. Lo demás es completamente secundario. 

Decídete y actúa

Conseguidora, es el momento de decidirse: ¿vas a vivir como víctima o como protagonista? ¿Seguirás deseando que pase eso que te hará hacer lo otro? ¿O vas a tomar cartas en el asunto e ir decidida a por lo que quieres?

Muchos miedos nos paralizan muchas veces, pero, como te digo constantemente, no sabemos cuánto tiempo nos queda. Es el momento, justo ahora, de hacer lo que debes hacer para conseguir lo que quieras conseguir. Si no, el día de mañana te lamentarás por no haber hecho lo que debías cuando debías, y quizás sea demasiado tarde.