Todas leemos o conocemos casos de gente a quienes les ha fallado la cirugía bariátrica. Casi todas perdieron mucho peso al principio pero lo volvieron a recuperar, ¿por qué pasa esto?
Error de concepto
Sí amigas, hemos sido engañadas. La siguiente afirmación no siempre se dice pero:
La cirugía bariátrica es una herramienta, no es la solución a la obesidad.
Y no me canso de repetirlo. Es una GRAN herramienta, pero sólo con eso no basta. Sólo dará resultados temporalmente. Por razones obvias, en los primeros meses tras la intervención, bajarás de peso, pues comes infinítamente menos calorías de las que gastas, con lo cual, estarás en déficit calórico fácilmente, sin grandes esfuerzos.
Pero cuando tu cuerpo se habitúe a ese déficit, ¿qué crees que pasará? ¿O cuando tú te acostumbres a verte bien, te relajes y vuelvas a comer los alimentos que, en un principio, deberías controlar?
Te lo digo yo: poco a poco volverás al peso inicial, habiendo puesto en peligro tu vida inútilmente. Y encima, te deprimirás y sentirás que te has fallado a ti misma, pues no has sido capaz de mantener aquello que querías lograr y que llegaste a alcanzar.
Obviamente, esto no es lo que se vende respecto a la cirugía. Porque no vende. La cirugía bariátrica debe ir acompañada, sí o sí, de un cambio de hábitos y, sobretodo, de un cambio de mentalidad, pues si cambias lo segundo, hacer lo primero vendrá sólo. Pero esto no se cuenta porque los seres humanos odiamos el cambio. Como dice el refranero español“más vale malo conocido que bueno por conocer”, mantra que cumple nuestra menta a rajatabla. Ella ya conoce el dolor que tienes ahora mismo y sabe que lo puedes manejar. Hacer cambios que no sabrás qué sentirás ni cómo lo gestionarás, es un riesgo que evita correr.
Cambio de hábitos
Por supuesto, al hacerse una reducción de estómago de cualquier tipo, hay que hacer un cambio de hábitos que faciliten y mantengan la pérdida de peso en el tiempo, pues no se puede arreglar un problema si seguimos haciendo lo mismo que te ha traído hasta aquí.
Este cambio debe empezar incluso antes de la intervención. Por experiencia propia, te recomiendo que busques toda la información que puedas sobre cirugía bariátrica. Conviértete en un experto sobre ella. Conoce en qué puntos falla la gente y combina estos descubrimientos con tu propia experiencia haciendo dietas y tus múltiples intentos previos de bajar de peso. Incluso, en la medida de lo posible, incorpora algunos de ellos cuanto antes. Así conseguí bajar casi el total de peso que debía bajar en los primeros 6 meses, sabiendo el tipo de alimentación que debía seguir y cuándo y cómo incorporar el entrenamiento.
Hacer un cambio de hábitos atañe a cambios en la alimentación, el entrenamiento y el descanso. Es el momento de aprender a elegir los alimentos correctos en el momento correcto, de probar deportes y actividades físicas hasta encontrar el que te encante, de no dormir hasta tarde ni de trasnochar en exceso, es el momento de instaurar el “ir a pie” a todos sitios, de ser activa todo el día, no solo en la hora del entrenamiento que hagamos… Prácticamente, ser lo contrario a lo que venías siendo.
Cambio de mentalidad
Y más importantes que los cambios “físicos”, es decir, los hábitos, son los cambios mentales que debemos realizar. La cabeza y los que nos ronda por ella son los creadores del estado actual en el que nos encontramos. Sí, los hábitos de vida que teníamos hasta ahora nos hicieron comer de más y movernos de menos, lo que provocó un superávit calórico que se tradujo en acúmulo de grasa. Pero ¿quién provocó que actuaremos de esa manera y no de otra? Evidentemente nuestra mente.
Hay que entender que debemos ser otras para no volver a donde empezamos. Que para que un cambio sea efectivo, no se puede mantener la vida que nos trajo hasta aquí.
Este cambio de mente se trabaja desde antes de operarnos, pues en cada fase del proceso (pre, peri y post intervención) va cambiando la forma de ver la vida y el proceso, por lo que hay que estar preparadas y acostumbradas a trabajarla.
Al principio, antes de operarnos, tenemos miedos sobre si nos irá bien, si perderemos todo lo que queremos, si nos quedarán más o menos pieles… Recién intervenidas, tenemos miedos por cómo nos caerá la comida, por no comer dulces que sabemos que nos puede provocar síndrome de Dumping como expliqué en este post, por los puntos, etc. Por último, pasado un tiempo y poco a poco, nos vamos olvidando de dónde venimos, nos relajamos, probamos ese dulce y no nos sienta mal, o que nos sienta mal pero nos habituamos a ir de Dumping en Dumping…
Es importante entonces hacer un cambio de mente, entender que esto que comenzamos al tomar la decisión de pasar por quirófano, va mucho más allá de una simple intervención. Que pasaremos diferentes etapas y que no basta con hacer un cambio de hábitos sin más. Hay que cambiar la mente, conseguidora.
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