En los últimos tiempos estamos rodeados de frases como “si quieres puedes” y similares, pero, ¿es cierto? ¿Querer es poder?
El poder de la voluntad
En mi opinión, sí, sin duda, querer es poder. Pero querer de verdad. Desear fervientemente. Porque al desear a ese nivel, harás lo que haga falta para conseguir eso que anhelas. Y te explico un poco mi historia para que entiendas por qué opino así.
Yo siempre he tenido kilos de más. Unas veces más, otras menos, pero siempre me sobraron kilos. Y yo siempre odié este hecho. Y siempre desee fervientemente adelgazar, tener un cuerpo atlético y hacer grandes retos deportivos. Lo desee tanto que nunca me rendí. Busqué y estudié hasta encontrar la herramienta: la cirugía bariátrica. Pero no sólo me quedé ahí, me hice una experta en ello, porque deseaba que saliese todo bien, anhelaba hacer mi sueño realidad.
Por eso digo que sí, querer es poder. Pero ese querer debe surgir de lo más profundo de tu ser, no sólo de boquilla. No un querer de, como se dice comúnmente, “boquilla”. Lo que deseas y quieres de corazón, por supuesto que lo conseguirás. Nada ni nadie te va a parar, excepto tú.
Lo realmente importante
Y es que lo realmente importante a la hora de conseguir algo que te propongas es que ese “algo” sea tuyo propio. Que no se trate de un deseo pasajero. Que, como te decía en el punto anterior, que surja de tu interior.
A veces, nos perdemos un poco cuando decimos que nos gustaría hacer o tener algo, pero realmente es algo banal para nosotros. Quizás se lo hemos visto a algún conocido y, por un momento, nos hemos imaginado lo feliz que es esa persona por hacer o tener eso, y entonces hemos “decidido” que queremos obtener lo mismo.
Pero cuando decidimos así un objetivo, lo más probable es que no lo obtengamos. Pues no es algo que surja de nuestro interior y a la mínima resistencia o problema lo dejaremos pasar, pues realmente no nos importa tanto.
La motivación es un engaño
Aún cuando ese objetivo que nos hemos marcado sea algo genuinamente nuestro, habrá dificultades y bajones en el camino. Para cuando llegue ese momento, la sociedad cree que se necesita motivación, y nada más lejos de la realidad.
La motivación ayuda en determinados momentos, pero son los menos. No es factible ni estar siempre motivadas ni creer que lograremos algo trabajando por ello sólo cuando estemos motivadas.
Lo más importante es tener claro qué queremos conseguir y centrarnos y focalizarnos en ello. Cuando elijas el objetivo, piensa siempre en qué puede salir mal y qué partes del camino te resultarán más complejas. Cuanto más estudies el camino, más sencillo te hará.
Cuando vengan las dificultades y no haya rastro de la motivación, usa el amor propio. Tú te dijiste a ti misma que conseguirías algo porque te nace de dentro. Por ello, saca el orgullo que llevas dentro, ámate y no te falles.
Conseguidora, dejar todo en manos de la motivación es el camino directo al fracaso. La motivación viene y va, pero tú debes mantenerte fuerte y enfocada en el objetivo. Es la clave del éxito. Hacer lo que debes hacer porque es lo que realmente quieres lograr. El triunfo es el premio a la constancia.