Socialmente nos capan, nos cortan las alas, nos ponen límites a todo, pero, ¿realmente hay un techo que no puedo superar?
Obviamente no, no hay límite en lo que puedes crear. Sólo existe el límite que tú quieras aceptar.
El límite lo decides tú
Da igual lo que te digan alrededor, el límite lo pones tú. Tú eres quien decide qué es para ti, qué puedes alcanzar, dónde quieres llegar.
Dónde está nuestro límite es algo que nunca sabremos pues realmente no lo tenemos. Las personas que bajo nuestro punto de vista son exitosas o han alcanzado un punto relevante, no pensaron jamás que tenían límites. Simplemente se dedicaron a ir tras su sueño, y así llegaron donde están, pero seguramente irán más lejos aún.
Nos hacen creer que hay personas dotadas con más talentos o suerte, y que por eso llegan a niveles estratosféricos. Pero realmente no es así. Somos capaces todos de llegar a donde queramos, sólo debemos de creer y convencernos de ello.
Elige lo que te haga vibrar
Para alcanzar un sueño, debe ser realmente un sueño. Parece un trabalenguas pero no lo es. Luchar por un sueño que no es nuestro es realmente duro, pues no encontraremos la suficiente motivación para ir por ello. En cambio, si es un deseo que te surge del alma, harás lo que haya que hacer para alcanzarlo.
Esta idea es algo que repito una y otra vez, pero es que es de vital importancia. A diario escucho a gente frustrada queriendo alcanzar un determinado físico, por ejemplo. Pero cuando ahondas en sus motivaciones, te das cuenta que quieren conseguirlo para gustar a alguien o porque alguien hizo lo mismo y quieren esa estética. Olvidan que el éxito radica en que te importe sólo y exclusivamente a ti. Si por el camino alguien más se suma, lo inspiras o cualquier cosa similar, bienvenido sea, pero no debe ser esa la intención principal.
Cuando un sueño te hace vibrar de emoción y ganas se convierte en un objetivo. Y no pararás hasta alcanzarlo.
Si otros han llegado, tú también puedes hacerlo
Así es conseguidora: no hay nada que otro pueda hacer que tú no. Debemos olvidar de esta ecuación el tiempo. Ahí sí somos distintos porque nuestras circunstancias son distintas, partimos de distintos niveles, tenemos distintos recursos… Pero, sin lugar a dudas, si otro lo ha alcanzado, nosotras también podemos.
Porque, como te digo, a pesar de que se nos educa en que hay gente con más talentos o más suerte que nosotras y que por eso ellas lo logran y nosotras no, no es verdad. Hay gente que se lo trabaja muchísimo más, que lo anhela con más ganas, que se obsesionan más con llegar a donde quieren, pero no es algo que nosotras no podamos hacer también.
Usa a estas personas de motivación, de referente. No las odies o las rechaces fruto de la envidia. Te pueden enseñar mucho porque ya han recorrido ese camino que tú recién empiezas. Usa su historia para escribir la tuya.
Si nadie ha llegado, tú puedes ser la primera
Sin embargo, si eso que tú quieres crear nadie lo ha conseguido, tú DEBES ser la primera en alcanzarlo. Si lo puedes soñar e imaginar, se puede alcanzar. No hay motivos para pensar de otra forma..
Todos aquellos que fueron pioneros en algo tampoco tuvieron referentes, también creyeron que no podrían, pero insistieron y lo alcanzaron.
Te vuelvo a repetir conseguidora, que no eres especial. Pero te lo digo desde el bien, es decir, no eres especial ni diferente a nadie, no tienes menos talento ni menos suerte que nadie, así que tú puedes alcanzar cualquier cosa que te propongas, aunque seas la primera en hacerlo.
Conseguidora, el límite lo pones tú y solamente tú. Sé que es difícil desligarse del entorno, creer en ti cuando nadie lo hace. Soñar en una sociedad que sólo te permite hacerlo cuando eres pequeña no es fácil, pero sólo tenemos una vida, no la desperdiciemos, vayamos a por lo que queremos. Lo alcancemos o no, el viaje siempre valdrá el esfuerzo.