¿Cómo me motivo para entrenar? 5 claves para encontrar la motivación cada día.

Es por todos conocido que se necesita motivación para lograr aquello que soñamos con alcanzar. Pero esa motivación no siempre aparece. En cambio, hay personas que parecen que traen esa motivación de serio. Y una de esas personas soy yo; mi yo de ahora, claro. Pues te voy a decepcionar: esa imagen no es real, todos nos trabajamos la motivación día a día. Pero sí que hay unas claves que te ayudarán a alcanzarla mucho más fácilmente.

Así pues, vamos directamente con ello: 5 claves para encontrar la motivación cada día.

soñar motivación

1. Teniendo claro cuál es el objetivo 

¿Cómo vas a remar bien si no sabes dónde quieres navegar? Ese barco, claramente, está abocado al naufragio. Y es que, lo primero que sí o sí debemos tener muy claro es qué queremos lograr.

Coincidirás conmigo que es imposible llegar a un sitio al que no sabemos ni que queremos ir. Por eso, haz las cosas con sentido. Entrena con un objetivo claro y marcado, para saber el por qué haces lo que haces y  en qué te va a ayudar eso que haces para alcanzar la meta propuesta.

Tener claro el objetivo que quieres alcanzar te dará propósito en tus entrenamientos y una motivación natural y ganas de lograrlo.

2. Eligiendo objetivos que me nacen del alma 

Esta parte es tremendamente importante. Los objetivos son personales e intransferibles. Es decir, aquello que me haya propuesto hacer debe nacer de mí. Debo ser yo quien decida el objetivo y es a mí a quien tiene que importarle e ilusionarle a partes iguales.

Es un gran error hacer las cosas por otros, como hacer una carrera porque otro conocido ya la hizo y yo también la tengo que hacer o sentirme obligada a hacer una carrera porque a alguien de mi entorno le hace ilusión que la haga.

objetivos

El objetivo debe ser totalmente personal. Debe ser algo que te motive y te ilusione. Que te haga vibrar de emoción de tal manera que todo esfuerzo en la preparación valga la pena porque te ayudará a conseguir ese objetivo.

En mi caso, cada carrera que he hecho y hago tiene unos motivos para hacerla. Puede ser que me haga ilusión el sitio, la distancia, las condiciones climatológicas, etc. Pero siempre hay y tengo claros los motivos por los que la hago.

En ocasiones, hago carreras que no son proposición mía, si no de una compañera de vida. Pero, en esas ocasiones, también me inscribo siendo completamente consciente y haciendo de ese objetivo algo personal. Para ello, simplemente he encontrado mis motivos para hacer esa carrera: llegar a meta con ella, hacer una distancia bastante mayor a lo que estoy acostumbrada y con compañía…

Como ves, hago mío el objetivo y no me dejo arrastrar por mi ego copiando a otros deportistas. La hago porque QUIERO hacerla. Yo y sólo yo desea hacer esa carrera.

3. Siendo responsable de mis decisiones y mis actos

Como ya he dicho en innumerables ocasiones, la responsabilidad no puede faltar. Al fijarte un objetivo, tienes que ser consciente de que eso lleva implícito ciertas obligaciones que has de cumplir.

Así, cuando haya dudas o pereza, recuerda que tú sola te metiste ahí y porque quisiste, así que debes apechugar con esa decisión.

Esto sirve para cuando tengas días malos pero tu objetivo sigue vibrando alto en ti. Es decir, hoy no me apetece entrenar por algún motivo (ya aprenderemos a saberlo), pero aún así el objetivo general por el que lo hago me sigue ilusionando. Si no te apetece entrenar ni tampoco tienes especial ilusión y ganas por el objetivo final, quizás te estés equivocando de objetivo.

Por otra parte, nos podemos confundir entre falta de motivación porque el objetivo no significa nada importante para nosotras; y el miedo ante un reto bastante desafiante para nuestra mente, que a veces se presenta como esa falta de ilusión. Para evitar esto, debemos estar seguras de que nos apetece hacer ese objetivo a la hora de escogerlo.

4. No permitirme excusas

Está bastante claro: no cualquier excusa me vale. La mente, para mantenerte en la zona de confort, se inventa una y mil razones para no hacer las cosas. Entonces, cuando aparecen estas razones, me pregunto: esto que me estoy justificando, ¿es cierto?. No quiero entrenar porque estoy realmente cansada, ¿o es una excusa? ¿De verdad esto que siento que me pasa es cierto?

excusas

Estas preguntas me hacen ver hasta dónde eso que me dice mi mente es cierto y qué es excusa para mantenerme cómoda en mi posición. Crecer duele y, para evitar ese dolor, la mente puede inventar muchas excusas muy creíbles.

Esta clave es un arma de doble filo, pues hay que ser muy sincera contigo misma para darse cuenta cuándo es que no te estás permitiendo una excusa y cuándo te estás exigiendo demasiado.

Me gusta ejemplificar esto último con los ritmos de una maratón. A mí me encantaría hacer una maratón en 3 horas y media, pues me parece un gran ritmo. En cambio, ahora mismo ni mi mente ni mi cuerpo están preparados para ello. Por ello, tengo dos opciones: ofuscarme en hacer ese tiempo y, por el camino sentirme mal y llegar a odiar correr. O hacerla maratón a un ritmo que me resulte fácil para mí, con el que me aseguro terminar, y disfrutar después del simple hecho de poder correr 42 kilómetros seguidos, algo impensable hace unos años.

5. Buscar el lado bueno de cada día malo

Por último, pero no menos importante, hay que extraer el aprendizaje de cada día. Hay que saber ver lo bueno dentro de lo malo. Eso te ayudará a darte la importancia que tienes en aquello que haces.

Hacer un entreno el día que me apetece, que estoy al 100% físicamente, que tengo ganas, es fácil. Pero hacerlo un día en el que no me apetece nada de nada, que estoy muy cansada física o mentalmente, que se me hace un mundo (pero tengo claro que el objetivo me apetece), tiene doble valor. Y hay que darle el valor que merece.

De todos los días de tu vida se pueden extraer cosas buenas. Aprende a verlo, pues es una habilidad que, trabajándola, crece ¡y mucho! No se trata de mentirse, adularse o venderse la moto. Simplemente es dar el valor que tiene a las cosas.

éxito

Conseguidora, si quieres alcanzar tus objetivos, esos que te hacen vibrar de ilusión, y no sabes como o hasta ahora te ha resultado imposible, quédate por aquí que te seguiré dando información que te va a ayudar a hacerlo posible.