Este post es para reflexionar. Para coger papel y boli, buscar un momento de soledad y tranquilidad y pensar profundamente sobre las cuestiones que te voy a ir dejando.
Yo solo quiero que seas libre para decidir qué quieres lograr y que creas que lo puedes alcanzar. Si tú crees en ello, lo lograrás, antes o después, pero lo alcanzarás.
¿Quién manda sobre ti?
Te invito a que reflexiones sobre lo siguiente: ¿por qué haces más caso a lo que dicen los demás que a lo que crees tú?
Viniste al mundo sola. Y, por muy rodeada de gente que te ama y te adora, estás sola en el mundo. Eres tú y sólo tú.
Sólo te debería importar lo que tú opines sobre ti o sobre lo que quieres y puedes alcanzar o no. No dejes que nadie mande sobre ti, te quite la ilusión o tire al traste tus planes. Si aciertas o si fallas, depende de ti y sólo te importa a ti.
Cuando llevaba unos seis meses corriendo ya soñaba con hacer carreras de ultradistancia (más de 50m kilómetros). Por aquel entonces, alguien de mi entorno me dijo que yo no podría alcanzar esa meta. Un año más tarde de aquella conversación ya había conseguido terminar 3 carreras de más de esa distancia. ¿Por qué lo hice? Porque era lo que me nacía del alma y no dejo que nadie determine lo que logro o no.
¿Por qué te niegas cosas?
¿Por qué piensas que no eres merecedora de aquello que anhelas? ¿Cuándo hemos decidido que no somos capaces de hacer algo? ¿En qué momento dejamos de creer que podemos lograr aquello que deseamos?
Socialmente ocurre que, con el tiempo, dejamos de soñar, de ilusionarnos, de “vivir en las nubes”. Pero porque sea la norma social no quiere decir que sea lo correcto. De hecho, si estás aquí es porque no terminas de sentirte bien con tu situación. Y cuando no te sientes bien con algo es que hay algo que no va todo lo bien que debería.
Tienes todo el derecho a conseguir TODO lo que te propongas. No te lo niegues tú y nadie lo hará.
Cree en ti.
Si no crees tú en ti, nadie lo hará. Esto es así. Empieza por creer en aquello que te hace vibrar, en eso por lo que estás dispuesta a todo. Cree firmemente en que lo vas a conseguir y trabaja para alcanzarlo. Poco a poco, todos a tu alrededor también creerán que eres capaz de lograrlo.
No esperes que la gente te apoye desde un principio. Cada uno tiene sus creencias limitantes y las vuelca en los demás. Si ellos no creen que sean capaces de lograr algo, tampoco creerán en que tú lo puedas alcanzar.
Y no se trata de maldad ni mucho menos. Simplemente son las limitaciones que tenemos cada uno, que las vertimos sobre los que nos rodean de manera inconsciente.
Por eso, tú eres quien debe empezar a creer en lo que deseas fervientemente alcanzar, y poco a poco cambiarás la realidad de los que te rodean y te apoyarán, porque para ellos ya será algo alcanzable.
Sí conseguidora, eres capaz de absolutamente todo. Aunque ahora no me lo creas, con el tiempo me terminarás dando la razón. Los límites sólo te los pones tú.
Si no te encuentras a gusto con tu situación, estás en el sitio correcto. Yo pude y tú podrás. Quédate por aquí y de daré todas las herramientas que uso yo para lograr lo que me propongo.